A la familia de Mario le quitaron Medicaid este año.
Beechview Puntos de Orgullo
FuentePública (PublicSource) mapea y relata las fortalezas de comunidades diversas.
Después de que él reportó una nueva fuente de ingresos, descubrió que su familia – incluyendo sus dos niñas – ya no calificaba para seguro médico a través de UPMC Para Ti (UPMC for You), un plan que administra servicios de Medicaid.
Y es impensable comprar cobertura médica del mercado: La mayoría de los planes le costarían hasta $300 por cada miembro de la familia. Eso sería más de $1,200 al mes – un gasto que no puede solventar encima de su hipoteca y sus otros gastos.
“Es demasiado dinero, ¿sabes?” él dijo, sacudiendo la cabeza.
FuentePública (PublicSource) está reteniendo el apellido de Mario porque él viene de un hogar con estatus migratorio mixto. Sus hijas, de 13 y 5 años, nacieron en EE. UU. Ellas no han tenido seguro médico durante la mayor parte del año.
A pesar de no tener cobertura médica, su hija mayor, Chelsea, estaba sentada en una mesa de examinación médica. Mario la trajo a una clínica móvil en Beechview para un refuerzo gratis contra el COVID y un examen médico para su expediente escolar.
¿La mejor parte de la experiencia? El doctor que asiste a Chelsea, el Dr. Diego Chaves-Gnecco, habla español. Mario – habla inglés, pero prefiere hablar en su español nativo – pudo comunicarse directamente con un proveedor acerca de la salud de su hija.
“Simplemente es mejor porque habla en mi propio idioma,” él dijo. “Me siento cómodo,” agregó, gestionando a su hija. “Creo que ella también se siente cómoda.”
Hacer preguntas y abogar por ti mismo, o abogar por tus seres queridos, es una parte esencial de recibir atención médica. Algunos lo subestiman, pero es un proceso con el que batallan muchas personas con dominio limitado de inglés, incluyendo muchos inmigrantes.
Dicen los expertos que es difícil para que las personas que no hablan inglés naveguen el bizantino sistema americano de salud – especialmente si están acostumbrados a cobertura universal en otro país. Y si son indocumentados, no califican para seguro médico público en Pensilvania sin prueba de una condición médica seria. El estado excluye al menos a 10,000 niños indocumentados de su Programa de Seguro Médico Infantil (Children’s Health Insurance Program), de acuerdo con un estimado de defensores de menores.
Read the English version of this story: In Beechview, a free bilingual clinic cares for children of immigrants
En Beechview, los doctores de Salud Para Niños – una clínica bilingüe pediatra en el Hospital Infantil de Pittsburgh UPMC (UPMC Children’s Hospital of Pittsburgh) –se unen con personal de la organización sin fines de lucro local Casa San José para brindar atención médica a niños sin seguro médico. Muchos viajan de todas partes del Oeste de Pensilvania (Western Pennsylvania) para acceder la atención médica pediátrica gratis, bilingüe, y bicultural que traen al vecindario de South Hills y que se ha hecho un centro para personas que hablan español en la región.
Una comunidad ‘invisible’
Cada jueves, un camión médico móvil llega a la Casa San José en la Avenida Broadway. Estaba estacionado al otro lado de la calle de la oficina de la organización sin fines de lucro una mañana lluviosa de noviembre.
Descrita por el personal como “el camión que cuida” (“the care mobile”), es dirigido por el Hospital Infantil (Children’s Hospital), pero fue pagado por la Fundación Pingüinos de Pittsburgh (Pittsburgh Penguins Foundation) y la Casa de Caridades Ronald
McDonald (Ronald McDonald House Charities). Tiene una pequeña estación de enfermeras, dos cuartos coloridos de examinación, y una sala de espera para pacientes con el estilo de un tren con asientos para 4 pasajeros.
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Había suficiente espacio para acomodar al equipo de cuatro — Chaves-Gnecco, una enfermera, y dos conductores — que trabajaban ese día. Ellos atendieron a varias familias con niños que llegaron a sus citas entre las 9 a.m. y el mediodía.
Estuvo Alba, quien se mudó a Beechview en febrero desde Santa Marta, una ciudad en la costa caribeña de Colombia. Ella llevó a su hijo de 11 años, Edward, que tiene asma, para que le hicieran un examen médico y le dieran un inhalador gratis suministrado por la clínica. Joselyn llegó después con su hijo, Justin, de 8 años, que necesitaba vacunas infantiles. Chelsea fue la última paciente programada.
FuentePública (PublicSource) retiene sus apellidos para proteger la privacidad de pacientes.
Chaves-Gnecco es la fuerza impulsora detrás de la operación. Él es un pediatra de Bogotá, Colombia, que vino a Pittsburgh a finales de los años 1990 para un entrenamiento especializado. Él tenía planeado irse después de un año, pero cambió de parecer e hizo una residencia pediátrica en el Hospital Infantil (Children’s Hospital). Este nuevo camino le ayudaría a entender los factores sociales y ambientales que afectan a la salud. El entrenamiento le preparó para atender a las comunidades minoritarias como la suya, que él describió cómo “invisibles” en la región.
Hay más de 13,000 Latinos en la Ciudad de Pittsburgh (City of Pittsburgh) y más de 31,000 Latinos en el Condado de Allegheny, pero “todavía se escucha decir que no hay Latinos” aquí, dijo Chaves-Gnecco. En parte, eso es porque no hay “barrios”– un término en inglés que designa vecindarios americanos con concentraciones de inmigrantes que hablan español, él dijo. Este grupo representa sólo el 2.5% de la población del condado, comparada al 49% del Condado de Los Ángeles, de acuerdo a datos del censo.
Pero es una población importante y que aumenta rápidamente, agregó. Los Latinos en el condado crecieron por más del 80% entre el 2010 y el 2020 – mucho más que el crecimiento de 2% del total de la población, de acuerdo con un informe del condado. Los Latinos aquí también suelen ser más jóvenes: sólo el 7% tienen 65 años o más, comparado con el 19% de toda la gente del condado.
Chaves-Gnecco fundó Salud Para Niños — “Health for the Children” — para atender las necesidades médicas de esos jóvenes. Empezó hace más de 20 años como una clínica bilingüe en el Hospital Infantil (Children’s Hospital) en el vecindario de Oakland en Pittsburgh. Estaba ayudando a muchos niños, pero no conseguía llegar a los niños indocumentados, algunos de los cuáles, según dijo, “nunca calificarán” a seguro médico subsidiado, bajo la ley actual de Pensilvania.
“Y eso es algo triste porque ese no es el caso en otros estados,” él dijo, destacando que California, Washington y otros han ampliado su cobertura para incluir a personas indocumentadas.
Los inmigrantes y las personas con barreras lingüísticas tienen una probabilidad más baja de tener seguro y buscar atención médica, dijo Drishti Pillai, la directora de pólizas de salud para inmigrantes en KFF, una organización basada en San Francisco que investiga pólizas de salud. Sin acceso al servicio preventivo, pueden desarrollar una condición médica y estar mucho tiempo sin recibir tratamiento, lo que puede convertirse en un viaje a la sala de emergencia.
“Para entonces, la situación puede haber empeorado, se hace mucho más cara de atender, y en teoría podría implicar más gastos para el sistema médico,” agregó.
Para prevenir que eso les pase a niños sin seguro médico, Chaves-Gnecco y su equipo llevaron el camión que cuida (“the care mobile”) a Beechview a principios del 2020, justo cuando el mundo se cerraba para prevenir el contagio del COVID-19. Ese año, Salud Para Niños atendió a más niños sin seguro médico que nunca. Ahora el programa provee alrededor de 360 visitas al año a pacientes sin seguro médico.
‘Atención lingüísticamente afirmativa’ para las familias
“¡Ay no!” gritó Justin, de tercer grado, cuando vio que la enfermera venía hacia él con una bandeja de jeringas.
Rose Wise se reía del numerito de Justin en el cuarto de examinación. Una enfermera pediatra por mucho tiempo en el Hospital Infantil (Children’s Hospital), a ella le encantan sus turnos en el camión que cuida (“the care mobile”) porque “elimina las barreras a la atención médica,” incluyendo el costo, la transportación, y las barreras lingüísticas.
Justin y su madre, Joselyn, no tienen seguro médico. Ella lo había llevado a una clínica de bajo-costo en Squirrel Hill, pero supo a través del personal de Casa San José que un médico que habla español atiende a niños en Beechview, justo donde ella vivía.
Ese día era la primera cita de Justin con Chaves-Gnecco, quien le hizo un examen físico y puso sus vacunas al día. Le dijo a Joselyn en español que su hijo estaba sano y en buena condición para jugar deportes en la escuela. Ella planea traer a Justin al camión que cuida (“the care mobile”) en el futuro.
“Gracias a este tipo de clínica, tenemos la posibilidad de tener acceso a un doctor,” ella dijo, hablando de las traducciones de Chaves-Gnecco. “Esta clínica es muy valiosa para la comunidad. Es muy importante.”La experiencia de Joselyn y Justin es lo que la pediatra y profesora adjunta Dr. Maya Ragavan llama “atención lingüísticamente afirmativa.” Crea un ambiente seguro y favorable donde los pacientes y sus familias pueden expresar sus identidades. Atención afirmativa empezó como un marco de atención para pacientes LGBTQ+, pero se puede aplicar a los inmigrantes, a las personas de color y a otros grupos marginalizados.
Ragavan habla español y ocasionalmente atiende a pacientes en el camión que cuida (“the care mobile”). También es una experta de la equidad de salud cuyas investigaciones demuestran que la atención afirmativa puede ayudar a mejorar los resultados de salud para los inmigrantes. Con mucha frecuencia las familias no reciben ese tipo de atención, dijo, agregando que es una mala práctica esperar que miembros de familia traduzcan para sus seres queridos. Eso deja la carga a la familia de abogar por un intérprete certificado.
Chelsea, la hija de Mario, dijo que ella tuvo que traducir para sus padres en otros establecimientos de atención médica.
“Eso es muy difícil y muy injusto,” dijo Ragavan. “…Es el sistema de atención médica el que le hace eso [a las familias inmigrantes].”
Por otra parte, Chaves-Gnecco construyó un sistema que asegura que las familias reciban la atención afirmativa “de comienzo a fin,” dijo ella, desde programar las citas en español, hasta proveer manuales de salud completamente traducidos.
“Me encanta cómo él se puede comunicar con mis padres,” dijo Chelsea. “Cualquier cosa que yo no sepa explicar, él se lo explica.”
Aquellos que no son hispanohablantes también son bienvenidos al camión que cuida (“the care mobile”), ya que está equipado con una tableta que provee servicio de interpretación virtual en más de 100 lenguajes, dijo Chaves-Gnecco. Y el equipo está trabajando con socios comunitarios como Casa San José para adaptarse mejor a los Latinos cuyo idioma primario es una lengua indígena – una población creciendo aquí, de acuerdo con un reporte del condado.
Un socio comunitario de confianza
Al otro lado de la calle donde estaba el camión, Constanza Henry ayudaba a la gente que se amontonaba en el pequeño vestíbulo de Casa San José. Algunos solo llevaban en EE. UU. una semana, dijo.
Henry es la coordinadora de salud comunitaria y bienestar en Casa San José. Ella trabaja con proveedores para ofrecer clínicas gratuitas dentro o cerca de la oficina de la organización sin fines de lucro. Su esfuerzo ayudó a traer vacunas, mamografías y atención primaria para adultos y niños en Beechview.
En una encuesta reciente casi un tercio de los adultos inmigrantes dijeron que un centro médico comunitario es su fuente habitual de servicio médico . Eso sube a casi dos-quintos de inmigrantes sin seguro médico, indocumentados o con dominio limitado de inglés, dijo Pillai, la investigadora de KFF.
De todos los doctores que donan su tiempo a los programas de Casa San José, solo los de Salud Para Niños pueden hablar español, dijo Henry. Ella frecuentemente tiene que traducir para pacientes y proveedores en otras clínicas. Esta es la razón por la que Chaves-Gnecco es uno de los doctores más queridos en la comunidad, ella agregó, y con tanta demanda que a veces tiene que rechazar pacientes.
“También es muy frustrante, el no tener todos los recursos que quisieras tener,” dijo Henry, ella misma inmigrante de la Ciudad de México. “O solo pensando que, en nuestros países, si vas al dentista, no te van a cobrar tanto y te ayudarán inmediatamente.”
Chaves-Gnecco dijo que Colombia provee servicios de salud a los inmigrantes, refugiados y personas sin hogar. El sueña con cobertura universal en Estados Unidos – con un sistema que no castigue a los niños sin seguro médico.
“No es un secreto para nadie que si no tienes seguro médico en este país, a veces terminas perdiendo tu carro … [o] tu hogar,” dijo. “Es un gran problema. Y pienso que debemos hacer lo mejor para nuestra comunidad, para todos los americanos … y proveer seguro médico a todos.”
De vuelta al camión que cuida (“the care mobile”), el equipo terminaba con Mario y Chelsea.
Wise, la enfermera pediatra, le dijo a Chelsea que podía llevarse una de las cobijas de la clínica. Ella escogió una que se veía cómoda y parecía ser de lana con un diseño de una mariposa. Se cubría con ella mientras bajaba los escalones de la clínica y dio un paso hacía una de las mañanas más frías y mojadas del otoño.
Las ubicaciones y las horas de operación de Salud Para Niños están disponibles aquí en inglés y aquí en español.
Venuri Siriwardane es una reportera en FuentePública (PublicSource) de la salud y la salud mental. Puede ser contactada en venuri@publicsource.org o en X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter, @venuris.
Los hechos de esta historia fueron revisados por Ladimir Garcia.
Traducción de Zulma Michaca, profesional bilingüe experta viviendo en el Condado de Riverside, Calif., con familia en Pittsburgh. Para contactarla: z.michaca123@gmail.com.
Este reportaje ha sido posible por la Beca de Investigación Staunton Farm Reportando Salud Mental (Staunton Farm Mental Health Reporting Fellowship) y la Fundación Judía de Servicios Médicos (Jewish Healthcare Foundation).