En una mañana reciente de un sábado, la majestuosa mansión Anderson Manor en el vecindario Manchester de Pittsburgh estaba enardecida con el animado charloteo de alrededor de 30 niños.
Beechview Puntos de Orgullo
FuentePública (PublicSource) mapea y relata las fortalezas de comunidades diversas.
En el piso bajo, alrededor de una docena de estudiantes estaban en la cocina mientras el chef Jolando Hinton daba instrucciones de cómo preparar la obra maestra culinaria del día: pollo alfredo. Una semana antes, los estudiantes habían preparado papas rellenas y chili.
“Déjeme cocinar!” dijo un estudiante, al tomar una espátula de las manos de Hinton y hacerse cargo de la salsa alfredo. Otros estudiantes estaban ocupados con sus propios deberes, picando perejil, o echándole un vistazo al pollo.
En el piso de arriba, otros grupos ocupaban tres cuartos, cada uno un espacio para diferentes talleres: dramaturgia, artes visuales y producción de vídeos.
Los estudiantes forman parte del Programa Intercultural (Cross-Culture Program), un colectivo formado por Casa San José basada en Beechview y la Fundación Iota Phi (Iota Phi Foundation) de Manchester. El programa, que ahora está en su segundo año, es un esfuerzo para unir a las comunidades Afroamericanas y Latinas las cuales cada organización principalmente ayuda. Los compañeros de este año se forman de un grupo de 20 estudiantes Latinos y 20 estudiantes Afroamericanos entre las edades de 12 a 17 años.
El programa en curso corre por 8 a 12 semanas durante el otoño. Los estudiantes se sumergen en una experiencia de aprendizaje práctico en el taller de su elección por las primeras semanas.
Sobre todo, se llegan a conocer en maneras que tal vez no ocurriría de otra forma.
“Algunos de nuestros niños emigraron de un país diferente. Algunos son nacidos aquí de padres inmigrantes,” dijo Lizbeth Garcia, la coordinadora principal de jóvenes en Casa San José. “Así que parte de eso es lo que queremos lograr es que ellos entiendan su cultura y cómo la implementan viviendo en América.”
Creando puentes entre comunidades
Tyanne Torbert, de 15 años quien atiende a Montour High School, se unió al programa como voluntaria, e inicialmente no conocía a nadie. Una vez ahí, conoció a Nia Hart, otra voluntaria que atiende a Plum Senior High School. Torbert y Hart se hicieron mejores amigas y esperan mantenerse en comunicación mucho después de que termine el programa.
“Pienso que es muy divertido. Formas varias amistades, y aprendes muchas cosas,” dijo Torbert.
Rahmon Hart, presidente ejecutivo de la Fundación Iota Phi (Iota Phi Foundation,) conceptualizó el programa con Monica Ruiz, la directora ejecutiva de Casa San José, como una manera de construir puentes entre las dos comunidades.
“Está bien documentado que la ciudad de Pittsburgh no es la más diversa en el país,” dijo Hart. “Nuestra juventud no necesariamente tiene muchas maneras naturales de conocer gente diferente y explorar ajenidad o diferencias de manera segura.”
Los estudiantes se reúnen en Anderson Manor cada otro fin de semana para sus clases instruccionales. Las sesiones empiezan con una ronda de charlas para romper el hielo y actividades en grupo que pretenden explorar las diferencias y cosas que tienen en común las dos comunidades.
La meta de Hinton es unificar a sus estudiantes a través de comidas diferentes. Les enseña cómo las culturas se conectan al tener diferentes nombres para los mismos tipos de comida.
“La comida es un ritual sagrado,” comenta Hinton. “Siempre quieres compartir el pan con tu amigo.”
Dentro de la cocina, cuenta Hinton, los estudiantes llegan sintiéndose inseguros. Una vez que empiezan a preparar su comida, los estudiantes crean vínculos sobre sus gustos y desagrados y empiezan a relajarse.
Jos Johnson, de 17 años, ha estado involucrado con la Fundación Iota Phi (Iota Phi Foundation) desde hace casi tres años. Este año se unió al programa como voluntario. Cuando el programa comenzó, dijo que notó “una clara división entre las dos culturas.”
Al comenzar a participar en actividades, dice él, la línea que los dividía empezó a borrarse y los dos grupos empezaron a socializar—y a crear.
Descubriendo similaridades, rompiendo estereotipos
Emma Ibarra-Romano, una residente de Dormont de 15 años, está en la clase de dramaturgia del programa. Durante cuatro sesiones, su grupo desarrolló una obra de teatro en la cual dos celebridades, una Afroamericana y otra Latina, se cruzan trayectos.
Durante la tormenta de ideas para la obra, Ibarra-Romano dice haber aprendido más acerca de la cultura Afroamericana y de cuán acogedora es la gente de esa comunidad. Ella piensa que el mismo sentimiento se repite en su propia cultura.
“Los hispanos realmente son personas muy acogedoras. Nos encanta hablar con la gente,” ella dijo.
Ibarra-Romano siente que su comunidad es mal juzgada y etiquetada como “malvada. … siento que eso no es justo. En especial cuando la persona no conoce sobre su cultura ni nada,” ella dijo.
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Dayron Cohetero, de 13 años, muchas veces ha escuchado a varia gente referirse a su comunidad con el estereotipo de “brinca bardas,” y desea que la gente pudiera tener un mejor entendimiento de su cultura.
El programa ha ayudado a Torbert a romper algunos estereotipos sobre sus compañeros Latinos. “Estoy segura de que hay un estereotipo profundo que ellos pueden tener sobre nosotros que fue roto cuando nos juntamos y pasamos tiempo juntos,” dijo Torbert.
La parte favorita de Johnson acerca de su cultura es la bondad que él ve en la gente. Pero muy a menudo, él dice, la gente piensa que las personas Afroamericanas no pueden triunfar por sí mismas.
Johnson espera romper ese estereotipo y cree que aprender sobre el estilo de vida de otra gente es la manera de lograr eso.
“Para entender a otra gente, necesitas entender cómo viven y cómo es su vida,” dijo Johnson. “Te ayuda a compadecerte por ellos. Sientes empatía hacia ellos.”
Moviéndose hacia adelante
Al acercarse el último día de clases, los estudiantes se reunieron en el área común con pollo alfredo copeteado en sus platos. Ese día, también les sirvieron tamales. Después, los estudiantes se tomaron turnos compartiendo anécdotas acerca de las tradiciones del Día de Acción de Gracias que se celebran en sus casas.
En la segunda fase del programa, los estudiantes visitarán Chicago y tomarán un recorrido del Museo Nacional de Arte Mexicana (National Museum of Mexican Art) y el Museo DuSable de Historia Negra. (DuSable Black History Museum)
Garcia dice que esperan expandir el programa al involucrar a la comunidad Nepalesa de la ciudad el año que viene.
Hart desea que los estudiantes salgan del programa como futuros líderes de la comunidad que pueden estar cómodos explorando y aprendiendo sobre diferentes personas.
“Queremos que la gente juzgue y trate a la gente basado en las relaciones que tienen con los demás y no con nociones preconcebidas de que son diferentes,” dijo Hart.
Lajja Mistry es la reportera de educación K-12 en FuentePública (PublicSource). Puede ser contactada en lajja@publicsource.org.
Los hechos de esta historia fueron revisados por Ladimir Garcia.
Traducción de Zulma Michaca, profesional bilingüe experta viviendo en el Condado de Riverside, Calif., con familia en Pittsburgh. Para contactarla: z.michaca123@gmail.com.